De repente, un día solitario
estarás meciendote en tu silla de madera
y recordaras que yo algún día existí
y pensaras que debimos estar juntos
Y entonces algún día
te veras de nuevo a un espejo
y recordaras mi rostro
e imaginaras lo maravilloso que hubiera sido
Y entonces una noche cualquiera
leerás mi nombre en una hoja de papel
y entenderás que no debimos nunca
distanciarnos de esta manera
Y luego una noche en solsticio
en el calor de tu llano
encontraras una foto vieja
en la que permanecíamos juntos
y comprenderás entonces que nunca
debiste dejarme solo sin razón alguna.
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