lentos
como en el claustro
como la arena que cae pesada
dentro del reloj
Dejé de arrastrarme
a tus pies
para poder dormir
Dejé de rogar
y me olvide de las suplicas
para poder vivir
tranquilo,
sin gritar
Cuando ya las lunas
se iban acabando
volví a levantar la mirada
como antes.
Recuerdo como mis cielos
se tornaban grises
y la mecedora
estaba inmóvil
Ahora vuelvo a caminar
buscando nuevos cielos
y helechos.
Ahora camino sin rumbo
fingiendo una sonrisa
Clavo mis pies en la arena
a cada paso
y ahora son las olas
las que se arrastran
a mis pies
Sueño de nuevo
esta vez
no hay más
lágrimas
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