en la que revelaste todo.
No es amor, lo se
o al menos eso espero.
He visto la caida del sol
El ocaso
y mil garzas volando
sobre el mar salado
que se admira, mi ventana
tan transparente, mi corazón
late con fuerza.
En el alba las nubes
se difuminan a lo lejos,
mi mente esta nublada
por la neblina que dejaste
esa noche, aun escucho
tus palabras nitidas.
Es de noche,
tarde es, lo sé,
pero no tanto como para pensar
infinitamente y sin parar
en ti.
No hay mares que detengan
lo que ahora siento y crece,
justo aqui, en mi pecho;
ni montañas, ni cielos,
ni desiertos, ni lluvias,
que detengan el latir
de mi alma roja.
Pero aun así
no te siento a mi lado,
y el viento y las grises nubes
se acercan desde el norte
a darme lluvia
y no descanso.
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