domingo, 5 de septiembre de 2010
Indigo
La cama se adhería
Entrando en las venas.
Esa madrugada mire el índigo
Y su inmaculada inocencia.
Desde estas sabanas, manchadas por
El pudor gentil,
La mañana limpiaba mis piernas
Con su gorgoteo.
Yo quería una conciencia Índigo.
Una calma suspendida.
Un barco de cristales.
Una carta de mi madre diciéndome adiós.
Un fantasma se sentaba a fumar
En el tejado. Las alimañas del limbo.
Las alimañas del suelo.
Enjambres con hambre de eternidad.
Yo quería un cuerpo Índigo
Que pareciera eterno como la aurora pálida
De mis montañas aragüeñas.
Con los perfiles de piedra
Seduciendo el cielo.
Suicida
Entrando en las venas.
Esa madrugada mire el índigo
Y su inmaculada inocencia.
Desde estas sabanas, manchadas por
El pudor gentil,
La mañana limpiaba mis piernas
Con su gorgoteo.
Yo quería una conciencia Índigo.
Una calma suspendida.
Un barco de cristales.
Una carta de mi madre diciéndome adiós.
Un fantasma se sentaba a fumar
En el tejado. Las alimañas del limbo.
Las alimañas del suelo.
Enjambres con hambre de eternidad.
Yo quería un cuerpo Índigo
Que pareciera eterno como la aurora pálida
De mis montañas aragüeñas.
Con los perfiles de piedra
Seduciendo el cielo.
Suicida
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario